Una investigación reciente reveló que caminar al menos 3,800 pasos al día puede reducir considerablemente el riesgo de padecer demencia en el futuro. Uno de los autores del estudio reveló que es momento en que los especialistas de la salud consideren la inactividad física como una parte intrínseca de las visitas de atención primaria de rutina para los adultos mayores.
¿Cuánto se debe caminar al día para combatir la demencia?
Empezar a contar los pasos puede ser una buena estrategia para reducir el riesgo de deterioro mental. Se necesitan entre 3,800 y 9,800 pasos cada día para lograr este objetivo. Las personas de entre 40 y 79 años que dieron más de 9,500 pasos por día tuvieron un 50% menos de probabilidades de desarrollar demencia en 7 años, según indicó el estudio.
Por otra parte, aquellos que caminaron a un ritmo de 40 pasos por minuto vieron su riesgo de sufrir demencia reducido al 57% con tan solo 6,300 pasos por día. El coautor del estudio Borja del Pozo Cruz profesor asociado adjunto de la Universidad del sur de Dinamarca e investigador principal en Ciencias de la Salud de la Universidad de Cádiz en España afirmó que “basta con una alta actividad de caminar a paso ligero, como una caminata potente” para lograr mejoras considerables en la salud.
Características del estudio
Los investigadores compararon los datos de 78,000 personas de entre 40 y 79 años quienes utilizaron acelerómetros de muñeca. Posteriormente los clasificaron en dos grupos: los de menos de 40 pasos por minuto (que es como caminar de una habitación a otra) y los de más de 40 pasos por minuto (llamado caminar con propósito). También clasificaron a los que tenían un desempeño máximo y a los que dieron la mayor cantidad de pasos en media hora en el transcurso de un día.
Luego compararon los pasos de las personas con los diagnósticos de demencia de cualquier tipo en los siguientes 7 años. Controlaron aspectos como la educación, la edad, el origen étnico, cuántos días usaron el acelerómetro, el estado socioemocional entre otros. También entraron en consideración variables como el uso de medicamentos, problemas para dormir, tabaquismo y antecedentes de problemas cardiovasculares.
Los autores sostienen que, aunque los hallazgos de sus estudios no pueden interpretarse como una causa y un efecto directo, tampoco se puede ignorar la evidencia que respalda los beneficios de la caminata y demás actividades físicas a fin de mantener la salud cerebral en óptimas condiciones.
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