Un estudio de 25 años demostró la relación entre la demencia y deterioro de la memoria con tener un riesgo acelerado de enfermedad cardiovascular asociado con problemas de hipertensión arterial y la obesidad. El estudio fue publicado en la revista digital Neurology de la academia estadounidense de neurología y liderado por científicos de la Universidad de Umea en Suecia.
El autor principal del estudio Bryn Farnsworth von Cederwald recomienda intervenciones tempranas en personas que tienen riesgos cardiovasculares acelerados para así evitar un mayor declive de la memoria en el futuro y descartar la aparición de la demencia.
Es importante hacer frente a todos los factores de riesgo en cada persona
Los científicos recalcan la importancia de determinar y hacer frente a todos los factores de riesgo en cada persona, en lugar de centrarse en sólo uno de ellos. Hay que reducir la hipertensión, bajar el índice de masa corporal y dejar de fumar. “Es necesario abordarlo en conjunto si se quiere prevenir o ralentizar la demencia”, agregó Bryn Farnsworth von Cederwald.
El estudio realizado durante un periodo de 25 años evaluó a más de 1200 personas. Todas ellas tenían una edad media de 55 años y al iniciar la investigación tenían una buena salud cardiovascular. Con el paso del tiempo un total de 68 personas (el 6% de la población de estudio) desarrollaron demencia por enfermedad de Alzheimer, mientras que otras 39 personas el (3%) fueron diagnosticadas con demencia por enfermedad vascular.
La investigación descubrió que el riesgo de enfermedad cardiovascular se mantenía estable en el 22% de los participantes, aumentaba moderadamente con el tiempo en el 60% de los voluntarios y creció a un ritmo acelerado en el 18% de las personas.
El estudio demuestra relación entre problemas cardiovasculares y la demencia
El equipo de investigadores explicó que aquellos cuyo riesgo de enfermedad cardiovascular era acelerado tenían entre 4 y 6 veces más posibilidades de desarrollar Alzheimer en comparación con los que tiene un riesgo estable de padecer una enfermedad cardiovascular.
También sostienen que tienen entre 3 y 4 veces más riesgo de desarrollar demencia de enfermedad vascular y 1,4 veces más probabilidad de sufrir un declive de memoria. Con todo, los investigadores aclararon que es necesario más estudios para establecer con exactitud la relación entre un riesgo acelerado de enfermedad cardiovascular y su efecto en la demencia de las personas.
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