Cuando comemos alimentos picantes, experimentamos una sensación de calor y ardor en la boca, la garganta y, a veces, incluso en el estómago. Esto se debe a la presencia de capsaicina, un compuesto químico que se encuentra en los chiles y otros alimentos picantes. La capsaicina es un irritante para los tejidos sensibles, como la piel y las membranas mucosas, y desencadena una respuesta fisiológica en el cuerpo humano.
¿Cómo trabaja la capsaicina?
La capsaicina actúa sobre los receptores de dolor en la boca y la garganta, lo que provoca una sensación de ardor. Estos receptores también están presentes en la piel y son responsables de la sensación de ardor cuando nos quemamos con algo caliente. Cuando se activan, los receptores envían señales al cerebro para que libere endorfinas, que son las sustancias químicas que producen una sensación de bienestar y alivio del dolor.
Además de la sensación de ardor, la capsaicina también puede estimular la producción de saliva y la liberación de ácido gástrico en el estómago. Estos efectos pueden ser beneficiosos para la digestión, ya que la saliva ayuda a descomponer los alimentos y el ácido gástrico ayuda a descomponer las proteínas.
A medida que la capsaicina se mueve a través del tracto digestivo, puede tener otros efectos sobre el cuerpo. Algunas personas pueden experimentar diarrea o náuseas después de comer alimentos picantes. Esto se debe a que la capsaicina puede irritar el revestimiento del intestino y aumentar la velocidad a la que se mueve la comida a través del tracto digestivo.
¿No se deben comer picantes?
Sin embargo, también hay algunos beneficios para la salud asociados con el consumo de alimentos picantes. La capsaicina tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas, lo que significa que puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor en el cuerpo. También puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y cáncer, al inhibir el crecimiento de células cancerosas y reducir los niveles de colesterol en la sangre.
En general, el consumo de alimentos picantes es seguro para la mayoría de las personas, siempre y cuando se consuman en cantidades moderadas. Sin embargo, aquellos que tienen sensibilidad a los alimentos picantes o problemas digestivos pueden experimentar efectos secundarios negativos. Si experimenta dolor abdominal intenso, náuseas o diarrea después de comer alimentos picantes, es importante hablar con un profesional de la salud.
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