¿Qué le pasa al América?

El América volvió a fracasar en su intento por llegar a la tan anhelada copa número 14. Desde el 2018 no ganan el título de liga y para una afición tan exigente acostumbrarse a perder, no es lo mejor.

El “Tano” Ortiz hizo un torneo histórico, pero no pudo contra el Toluca y echó a la basura todos los récords que hicieron. El equipo se le cayó en el momento de la verdad y esto es imperdonable para los americanistas que tienen un ADN ganador.

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Vamos a analizar que es lo que le pasa al América que no es una situación igual.

Se pierde la mística

Dentro del club se dice que solo sirve ganar, las escusas no existen y esto es parte de esa mística que de a poco se ha ido perdiendo. Antes eran infalibles en casa, pero ahora no han podido remontar partidos que en otra época eran épicas memorables.

El América ha remontado partidos imposibles con la camiseta en las manos, y con el corazón a flor de piel, pero ahora no es suficiente y se están acostumbrando a una inercia que no les conviene, pues recuerda a esa sequía de los 90s donde pasaron 12 años sin ser campeón, hasta ese gol del “Misionero” Castillo que acabó la sequía en 2002.

Últimamente, la liguilla, en donde eran un equipo infalible, se ha convertido en su talón de Aquiles. Entran como favoritos y terminan defraudando a una afición que ya no puede más con las derrotas que el equipo les ha dado.

Como decíamos, las liguillas eran el momento donde el equipo se hace fuerte. Pero ahora ni cerrar en casa han podido hacer vale. El Azteca era un fortín que era imposible sacar una victoria. Ahora han perdido finales en su casa. El América se está acostumbrando a perder y eso hace que se pierda su mística ganadora.

No encuentran la fórmula

Santiago Baños fue criticado muy fuerte al inicio del torneo por las nulas contrataciones y el fracaso del torneo anterior. Se le acusó de que la llegada de Ortiz era solo para salir del bache, pero que no duraría.

La gran campaña que armaron hizo olvidar un poco toda la mala planeación del dirigente. Esto hace pensar que realmente no había una platilla tan poderosa como se pensaba. Jugadores que debían de hacer la diferencia no salieron en los momentos bravos.

Henry estaba en estado de gracias y el equipo parecía aplastante, pero en el cierre del torneo y la liguilla, jugadores como Diego Valdés y el Cabecita Rodríguez perdieron nivel y el equipo perdió potencia que se notó contra el Toluca.

Errores imperdonables

¿De qué te sirve ser perfecto casi todo el torneo, si no puedes concentrarte donde vale? Dos errores catastróficos de Ochoa y Lara sentenciaron la eliminatoria, porque si, el Azteca vibró, pero no pudieron generar tantas de gol que al final necesitaron.

Día antes del juego contra el Toluca, un famoso comunicador mexicano, le tiró con todo al portero diciendo que no era bueno y que solo vive de 5 partidos de copa del mundo donde fue la figura del equipo al salvarlos de ocasiones que debieron de ser gol. Dijo que no sabía salir y que tiene muchas deficiencias.

Parece que le quiso dar la razón, pues el gol del Toluca fue un grosero error, que, por no salir bien, terminó en su portería, dándole la razón a sus críticos.

Emilio Lara se ganó al americanismo por su entrega y cariño al equipo de sus amores. Su garra al jugar a veces ocultaba su juventud y sus carencias. Pero todo esto le pasó factura en el momento más importante.

Después de un mal control de balón en una zona donde debe de ser de seguridad, cometió un penal tonto que Toluca usó para ampliar su ventaja. Tuvo la oportunidad de limpiar su error con su gol e ir al Azteca para convertirse en el héroe absoluto, pero no hizo nada bien.

En la vuelta no dio una. Nunca pudo desbordar correctamente y cuando lo hizo nunca tomó la decisión indicada, se le notaba muy ansioso, y a veces arriesgó de más la pelota ante un equipo muy serio que no tenía nada que perder, pues venía como víctima.

Álvaro Fidalgo fue otro que se apagó en el momento donde debió brillar. En la ida estuvo muy cuidado y se dedicó más a tratar de recuperar que hilar los hilos del equipo. Sin él, las águilas se quedan sin ideas, especialmente si Diego Valdés sale en un mal día, cosa que pasó.

En la vuelta las cosas podían cambiar, pero ese “maguito” tan incisivo y peligroso en el torneo, terminó jugando a 60 metros de la portería contraria y cuando tenía el balón, tocaba para atrás. No es que no hubiera opciones, él se las crea con ese cambio de ritmo que sabe hacer, pero en esta ocasión, no pudo, se escondió.

¿Qué pasará?

A diferencia de otros equipos, la paciencia en el nido no es mucha. Ochoa parecía intocable en el club, pero parece que ya se están planteando en la directiva si continúa o no. El mismo técnico, Fernando Ortiz, no tiene garantizado su sitio. El mismo dijo que es la directiva la que decide.

Mario Carrillo, campeón con el equipo en 2005, hizo un torneo espectacular la siguiente campaña, pero quedó eliminado, esto ocasionó su salida. Así de corta es la paciencia en Coapa, o eres campeón o no eres nada.

La afición misma ha señalado jugadores que no han rendido y se tienen que ir. Contrataciones intrascendentes que poco hicieron para la causa americanista. En papel, el equipo tenía una de las mejores plantillas del torneo, pero no estaba tan bien armado.

Cuando se construye así, las carencias se ven cuando te enfrentas con equipos serios con una mejor estructura. En este caso el Toluca lleva un rato con un proyecto que está dando frutos. Ortiz agarró al equipo que dejó Solari y apenas está iniciando, pero ya hizo lo mismo que su antecesor.

Regresar a la los principios básicos del club

Otro de los reclamos de la afición es la falta de contrataciones como en antaño. Zamorano, el Piojo, Santos, jugadores que eran figuras y marcaron época en el equipo. Las Águilas ya hace un rato, no traen los bombazos, eso quedó en los equipos del norte.

La nueva filosofía americanista evita los gastos excesivos, pero eso no gusta en lo más mínimo, porque los jugadores que se traen, no soportan el peso de una playera con tanto peso y terminan por caerse.

Solo alguien que entiendo lo que es la presión de jugar en un grande podría vestir de azulcrema, pero eso ha quedado atrás y se está intentando adaptar, pero de momento no ha funcionado.

Ya son 4 años sin título y eso es inaceptable para un equipo grande ¿Qué le pasa al América?